EL CHUECA PALMESANO - Diario de Mallorca

RAQUEL GALÁN. PALMA. En San Francisco está el barrio Castro; en Londres, el Soho; acercándonos un poco más, tenemos Chueca en Madrid y el Gaixample en Barcelona. Palma no se podía quedar atrás y en los últimos cuatro meses parece que lo está demostrando. La transformación se produce en Gomila. Desde el pasado abril, diversos empresarios han abierto una tienda de ropa masculina, una floristería, varias cafeterías, un restaurante, un pub de mujeres y otro local de copas –inaugurado este jueves y enfocado al público gay– que corroboran que la conocida zona de marcha quiere superar la degradación de los últimos tiempos, a causa de los afters, y recuperar la buena fama de los años 60, pero ahora con otra clientela. "Gomila siempre fue una zona de ambiente gay. Lo que pasa es que antiguamente había pocos locales y estaban escondidos, porque los homosexuales no eran muy bien vistos. Ahora también hay muchos prejuicios, más que en Eivissa, pero las cosas comienzan a cambiar", afirma Toni Company, coautor del Mallorca Gay Map. El mapa en el que se señalan todos los locales de este tipo de la ciudad comenzó a editarse en 2008 y en un año ha duplicado el número de negocios que se ubican en el barrio de Ponent.

El representante de Spartacus, una guía de turismo gay y lésbico de ámbito internacional, visitó Palma recientemente y se sorprendió de la cantidad de nuevos locales de ambiente que hay ahora, tal como cuenta Gene Medina. Este activo empresario mallorquín no para de abrir establecimientos. El último ha sido el local de copas Euphoria, cuyo lema dice que Gomila empieza a despertar. Gene también regenta el hostal Aries –recién reformado y dirigido al turismo gay– y la cafetería Michel.

En este rincón de Joan Miró con terraza y abierto todo el día es habitual ver a parejas de hombres besándose o cogiéndose las manos. "Aquí no te sientes un mono de feria", destaca Carlos Escalante sobre el bar y sobre el barrio en general. Es el dueño de la tienda de ropa de enfrente, Soft for Men, abierta hace sólo dos meses. En tan poco tiempo ha duplicado los ingresos respecto a la otra tienda similar que tiene en el casco antiguo. "A los clientes gays les gusta venir aquí porque se encuentran más a gusto", indica. A la pregunta de si forman guetos, Carlos argumenta que "en todas las grandes ciudades hay barrios de este tipo". Gene especifica que "no son lugares ocultos, sino que ahora todo es abierto, los locales se ven desde la calle para quienes quieran entrar, aunque a veces están las banderas del arcoiris para mostrar que es una zona gay".

Ojalá los homosexuales estuviesen tan "normalizados" que no hiciesen falta barrios así, suspira Toni, aunque por ahora les gusta: "Hoy por hoy, desde que ´salí del armario´, no me muevo por locales heterosexuales cien por cien, no me siento tan cómodo como en los abiertamente dirigidos a una clientela gay y lésbica". Su socia en el Mallorca Gay Map, Kristin Hansen, añade: "Nos sentimos bien con nuestra gente y al saber que no tendremos problemas o me mirarán raro si doy un beso a mi novia". Esta alemana afincada en la isla hace cuatro años es la creadora de una marca llamada Mythos con la que hace otros mapas parecidos para diversas ciudades de España y el resto de Europa.

Con este nombre también organiza fiestas de verano en un barco para homosexuales y, el próximo viernes, abre un local de ambiente. La curiosidad es que no estará en Gomila, sino que planta una pica en Flandes y se sitúa en la zona de marcha oficial: el paseo Marítimo. "Busqué por Joan Miró, pero no había lo que quería, ya que las licencias de música están muy restringidas, por lo que seremos pioneros" en el paseo del ocio nocturno.

Volviendo a la zona homosexual, otro cambio que se percibe es que los negocios recién abiertos no se centran en la noche. Un ejemplo es la floristería Espai de sa Flor, al principio de la calle Joan Miró. "Más que por ser Gomila, elegí este lugar porque el local me gustó mucho en cuanto lo vi, aunque también es verdad que, al ser una persona joven y abierta, bastante gente gay viene aquí y no a otra floristería", dice Alejandro Durán, uno de los socios. Señala el caso de que "si un chico quiere comprar un ramo a su novio, a lo mejor le dará corte decir para quién es a una señora mayor". Asimismo, si una pareja quiere casarse, "tengo la ventaja de que ya he organizado algunas bodas para homosexuales, puedo conocer sus intenciones o preferencias y no les miraré raro por ser gays". Recuerda Alejandro que, cuando abrió el negocio en abril, algunos vecinos le felicitaron. "Me comentaron que siempre están temerosos pensando: ´a ver qué pondrán´, por lo que les gustó ver que era una floristería". Lo destaca porque los problemas con ciertos locales aún están a la orden del día.

Carlos, el de la tienda de ropa, afirma que "todavía faltan muchos comercios de día dirigidos al público homosexual", como una tienda de decoración, un gimnasio, una librería especializada, restaurantes, una agencia de viajes, un local de estética, etc. "Hay gente con ganas e ideas, aunque aún falta un poco de confianza", añade Gene Medina. Un grave problema es que Gomila sigue degradada. En la cafetería Michel, ha tenido que poner un guardia de seguridad los sábados por la mañana. Soft for Men abre a partir de las 14,00 horas "para evitar problemas". La razón hay que buscarla en que "continúan abiertos algunos afters, a pesar de ser ilegales, y el Ayuntamiento no hace nada, por lo que a veces te encuentras gente borracha y hasta arriba de droga que provoca altercados".

Javier Martín, socio con José Teruel del restaurante El pecado de Eva, apuesta por constituir una asociación de empresarios de Gomila. "Es un hecho que falta seguridad, las calles están sucias, no tenemos ayudas para impulsar nuestros negocios ni arreglar las fachadas y muchas cosas más. Si nos unimos, el Ayuntamiento nos hará caso, porque para que la ciudad mejore hay que ser partícipe de lo que te importa", destaca. En su restaurante-pub pretende innovar atrayendo a artistas nóveles de todo tipo para que tengan allí su espacio gratuito. Sin embargo, por ahora sólo ganan "para pagar los gastos". Al igual que la zona, "es un proyecto que empieza a andar".

Eugenio y David, que de vez en cuando se convierten en las Drag Queens Némesis y Lacaminares, ya no tienen que entrar por la puerta de atrás de locales clandestinos para divertirse. La generación de la Gomila gay semioculta ha desaparecido, ya que ahora este lugar está renaciendo con "gente joven y guapa", como dicen, que no tiene reparos en colgar la bandera del arcoiris en su balcón lleno de flores.