Hoy ha sido el Día de la Visibilidad Lésbica que no quiere decir que el resto del año no se vean, lo que pasa es que no se notan, es un poco el síndrome Ausonia Extraplana. A veces lo que ocurre es que para ver hay que mirar y ponerle intención…y atención.
Por un lado el colectivo lésbico ha de empezar a dejar de lado el victimismo de libro y salir del armario y dar la cara apechugando con las consecuencias y es que a alguien le toca partirse la cara por ellas mismas y por las generaciones venideras. Como dice Fangoria, la amiga de los LGTB’s: “dar pena es dar lo peor” y aunque yo comparto la opinión de las lesbianas sobre su situación no comparto su estrategia ni su autocomplacencia.
Y por otro lado está la parte que le toca al resto de la sociedad para ayudar a conseguir un mundo más igualitario y justo, en el que las lesbianas no se sientan marginadas como Tristón o Calimero. Hace falta que todos y todas pongamos de nuestra parte para allanar el camino hacia la visibilidad lésbica y no es cosa sólo de un día…si no de toda una vida.
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