Hace ya un mes y medio que me emancipé y me fui a vivir con un amigo después de varios años viviendo con mi señora madre. Las mal pensadas y principalmente mi progenitora predijeron en un primer momento que yo me independizaba para así poder montar las mil y una en mi casa y especialmente en mi cama.
Al llegar a mi nueva casa mi compañero de piso me advirtió de que el somier de la cama hacía más ruido que un concierto de los 40 Principales en la Plaza Mayor y me hacía ilusión comprobarlo y estrenarlo con un partenaire de lujo.
A mí en el fondo me encantaba la idea de convertirme en una Samantha golfa y frungidora con unos y otros pero nada más lejos de la realidad y es que después de 41 días viviendo solito mi cama sigue más virgen que Fresita en Gran Hermano. Entre trabajar, mis compromisos con amigos y familia, mis deberes varios y que uno ya ha cumplido los 30 y ya no liga como cuando era un chaval pues la cosa sigue igual que el primer día.
Estoy empezando a plantearme el celibato y hacerme cura, seguro que así jincaría mucho más.
1 comentario:
¿Tendremos que ponerle solución no?No quiero que se me vea el plumero claramente pero, a parte de lo atractivo que eres, como tú bien sabes soy muy altruista, y si quieres te ayudo.
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